Las manchas de comida y aceite que quedan en las tuberías de agua son descompuestas por bacterias para generar gas, que es el origen del hedor del fregadero. Por lo tanto, evitar que los alimentos y el aceite fluyan al alcantarillado es la principal medida para prevenir los malos olores.
Si el hedor ya se ha producido, el bicarbonato de sodio puro y natural es un buen desodorante. Vierta 1 taza pequeña de bicarbonato de sodio en polvo en el desagüe y enjuáguelo con agua para desodorizar. Si la tubería de drenaje no solo huele mal y está obstruida, vierta 1 taza de bicarbonato de sodio y vierta agua caliente para resolver el problema de obstrucción. La lejía oxigenada para cocinas disponible en el mercado tiene un efecto esterilizante, por lo que además de tener el mismo efecto limpiador que el bicarbonato de sodio, también puede realizar la gestión sanitaria de la esterilización y eliminar por completo la fuente del mal olor.
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